¡¡Orgullo!! Esto es lo que el tiempo nunca destruye, ni siquiera la nostalgia es capaz de vencerlo. Podemos debilitarnos, anhelar, necesitar y desear que todo lo que pasó en la ausencia nunca hubiera pasado. Escribimos largas cartas mezcladas con suspiros de necesidad. Revivimos recuerdos, situaciones y detalles, perdonamos como si nuestro corazón no tuviera dolor de La amargura del dolor nunca, perdonamos y somos perdonados bajo el trono de la nostalgia, pero antes de caer, el orgullo aparece de repente para impedirnos incluso seguir sus noticias, nos volvemos de donde venimos la tristeza, el dolor, el dolor y la fractura, y al final volvemos a ponernos la máscara de la fuerza para acabar con momentos dolorosos cuyo héroe es la pérdida, el orgullo y el dolor.