El nombre Árbol de Vida no es casualidad. La idea de “árbol” es justamente la figura que intentamos reflejar como iglesia local. ¿Por qué un árbol? Por varias razones:
1) El árbol para no caer debe estar plantado en suelo firme. Creemos que el único suelo firme en este mundo cambiante es la Palabra de Dios, por lo tanto estamos comprometidos a tener la Biblia como base de nuestras enseñanzas.
2) El árbol extiende sus raíces para nutrirse del suelo y del agua que encuentra en este. Nuestra iglesia se nutre de Jesucristo y del Espíritu Santo.
3) El árbol extiende sus ramas y estas ofrecen refrigerio al viajero en días de intenso calor y protección en noches de furiosas lluvias. El caminante se acerca al árbol en busca de descanso y confortamiento en su largo peregrinar. Nuestra iglesia busca ser ese lugar de protección, descanso y paz para todos los que se acercan y deciden quedar bajo su sombra.
4) El árbol da fruto. Alentamos a cada miembro a dar fruto. Deseamos que cada uno, en lo personal, desarrolle interiormente el amor, el gozo, la paz, la paciencia, la bondad, la benignidad, la fe, la mansedumbre, la templanza... en la comunidad en que se encuentre, y que use sus dones y talentos para servir a los demás.
5) El árbol crece de una semilla que ha sido plantada en la oscuridad de la tierra, y se desarrolla hacia la luz. Guiamos a cada uno de los asistentes hacia la luz de la Biblia, para desarrollar el carácter de Cristo en cada uno de los que deseen seguirle.
6) Este Árbol no es un árbol cualquiera. Es un Árbol de Vida. Dios nos ha dado vida y vida en abundancia, y es esa corriente vivificadora y estimulante la que compartimos en nuestros servicios, en nuestras R.A.M.A.S. (Reuniones de Alcance, Misericordia, Amistad y Servicio), en nuestras relaciones personales y en nuestras actividades como familia en Cristo.
7) De un árbol crecen ramas, luego hojas y finalmente fruto. Creemos que las R.A.M.A.S que Dios quiere hacer crecer en la Iglesia Árbol de Vida son las células en los hogares. Las hojas son las personas que llegan a ellas y el fruto es el crecimiento espiritual y numérico que se experimenta a través de ellas. Por esta razón la columna vertebral de la iglesia es la estructura celular
8) El árbol no crece desmesuradamente, sino que su principio natural es multiplicarse en otros árboles de su misma especie. De la misma manera, nuestra meta es reproducirnos en otros Árboles de Vida que, siendo plantados en diferentes sitios y ciudades, vengan a cumplir la Palabra que Dios dio a nuestros pastores Kosacki:
“... tu descendencia heredara naciones y habitara las ciudades asoladas...” (Isaías 54)