Haz la señal de la Cruz, reza el credo y después ...
Oh! Jesús, Divino Redentor, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Dios fuerte, Dios santo, Dios inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Gracia, misericordia, mi Jesús; En los peligros actuales, cúbrenos con Tu Sangre más preciosa.
Padre Eterno, ten piedad de nosotros, a través de la Sangre de Jesucristo, tu Hijo unigénito, ten piedad de nosotros, te lo suplicamos. Amén, Amén, Amén.
En lugar del Padre Nuestro:
Padre Eterno, te ofrezco las santas Heridas de Nuestro Señor Jesucristo; Para sanar las de nuestras almas.
En lugar de cada Ave María:
Jesús mío, perdón y misericordia: por los méritos de tus santas heridas.
Después de terminar el Rosario, uno debe rezar tres veces:
Padre Eterno, te ofrezco las santas Heridas de Nuestro Señor Jesucristo; Para sanar las de nuestras almas. Amén