Este es un restaurante de sushi escondido en los callejones de Viena, conocido solo por los entendidos.
El dueño de un gato, un señor, lo regentaba. Hoy, como siempre, estaba pulcramente vestido y esperaba tranquilamente a los clientes tras el mostrador.
El primero en llegar a la hora de apertura fue un gato atigrado marrón, un cliente habitual. Normalmente abría la puerta corredera de golpe, pero hoy algo parecía diferente.
Gato común: "¿Está abierto hoy, miau?"
Gato del dueño: "Claro. Pareces un poco menos enérgico de lo habitual. ¿Qué te pasa?"
Gato común: "Bueno, ese es el problema. No puedo sacarme de la cabeza la canción que escuché anoche en el concierto..."
Gato del dueño: "Ah, ¿qué canción es?"
Gato común: "Creo que era... algo llamado Eine Kleine".
La expresión del dueño del gato se volvió seria de repente al oír estas palabras.
Gato Dueño: "Ya veo, 'Eine Kleine Nachtmusik'. Es la canción que el anterior dueño tocaba en el antiguo restaurante de sushi de Viena, donde me formé en mi juventud para dominar la esencia del sushi".
Al decir esto, el gato dueño cerró los ojos con nostalgia y tranquilizó la respiración. Luego, se levantó y sacó una porra de detrás del mostrador.
Gato Dueño: "El sushi hecho al ritmo de esta canción no solo es delicioso. Se convierte en un 'sushi conmovedor' que reconforta el alma y te da energía para el mañana. Hoy, como ocasión especial, te mostraré la esencia de eso".
El gato, como siempre, observaba atentamente los movimientos del gato dueño, con los ojos muy abiertos.
El gato dueño levantó la porra y comenzó a tararear la melodía en voz baja.
Gato del dueño: "Miau... Miau miau... Miau miau miau miau..."
Como si respondiera a la voz, la majestuosa "Eine Kleine Nachtmusik" resuena por todo el restaurante.
Las ágiles manos del gato del dueño comienzan a moverse al ritmo de la música. Forma el arroz, coloca los ingredientes y termina el sushi uno tras otro con una sincronización perfecta, casi como si bailara.
"¡Toc, toc, toc!"
El sonido del cuchillo también se funde con la música.
Gato del cliente habitual: "¡Mmm, qué rico...! ¡Me siento tan lleno!"
Y así, el gato del dueño se deja llevar por el ritmo de "Eine Kleine Nachtmusik" para crear un sushi conmovedor que se adapta al estado emocional de cada cliente.
>>> ¡Agradecimientos especiales! Música de fondo:
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