Es en un típico pueblo de campo, donde la vida transcurre en torno a la plaza principal, con la iglesia al fondo y una pequeña bodega, que en 1955 se inicia la historia de emprendimiento de la Familia Rolim de Freitas. En este tiempo de muchos desafíos e incertidumbres, los jóvenes Lázaro Rolim de Freitas y Benedito Rolim de Freitas, más conocidos como “Lazinho” y “Ditinho”, instalaron el almacén “São Cristóvão”, en la Rua XV de Novembro, un momento en que ya contaban con la ayuda de sus esposas y algunos empleados para atender a la clientela que se anunciaba. El almacén estaba bien abastecido de mercancías y todo tipo de alimentos. Algunas colgadas, otras expuestas en estanterías, conformaban el ambiente con la vieja y pesada caja registradora que giraba sobre la manivela y dejaba nostalgia.
Los clientes venían de todos los barrios, incluso de los más lejanos. Así comenzó la buena relación entre clientes, amigos y empresarios que perdura hasta el día de hoy. La consideración y el respeto por la clientela siempre ha sido primordial para los empresarios. Con esto, se ganaron la credibilidad y confianza de la población. El concepto de supermercado tal como lo tenemos hoy era algo futurista, pero iba creciendo en todo el mundo, mientras Ibiúna se arrastraba.
Actualmente, Supermercado Ibiúna ya cuenta con 460 empleados y, en ese sentido, se enorgullece de emplear a la población de Ibiúna y ofrecer oportunidades para los jóvenes, ya que muchos comenzaron como empacadores a los 16 años, ganaron oportunidades de crecimiento profesional y algunos tienen estado con la compañía por más de dos décadas. Hoy, son los hijos de los empresarios quienes administran el supermercado. Con la competencia y humildad heredada de sus padres, mantienen a la empresa en constante crecimiento, buscando el buen servicio y productos y servicios de alta calidad.