En esta experiencia consciente, guías una bola a través de un laberinto inclinando tu teléfono.
Solo hay un giro: no puedes ver la bola ni el laberinto después de salir del campo inicial. Debes confiar en otros sentidos como el oído y el tacto para seguir el camino de la bola y encontrar la salida a la siguiente capa.
Si te sientes cómodo, intenta jugar con los ojos cerrados.