Un juego de memoria es un pasatiempo divertido y educativo que desafía las habilidades de memoria de los jugadores. Generalmente compuesto por un conjunto de cartas con imágenes o pares de elementos idénticos, el objetivo es encontrar las coincidencias correctas volteando dos cartas a la vez. Inicialmente, las cartas se reparten con las imágenes boca abajo y los jugadores deben voltear dos cartas por ronda, tratando de recordar la ubicación de las imágenes para formar parejas.
El desafío radica en la capacidad de memorizar la ubicación de las cartas, ya que, cuando una coincidencia falla, las cartas se voltean nuevamente, lo que obliga a los jugadores a mantener un registro mental de las posiciones de las diferentes imágenes. El juego se puede adaptar a diferentes temas y niveles de dificultad, por lo que es adecuado tanto para niños como para adultos. Además de ser una actividad lúdica, el juego de memoria contribuye al desarrollo cognitivo, estimulando la concentración, la atención y la memoria visual.