Nacido en octubre, bajo el signo del escorpión y criado entre los seguros muros de una pequeña provincia. Un trabajo estable, una sola familia, el cariño de los amigos: una vida equilibrada, de esas a las que tiendes la mano. Dentro del deseo o tal vez la necesidad de encontrar la otra parte de mí, una parte que era sólo "yo". Y luego ese día de marzo. Ocurrió mientras florecían los cerezos, en mis manos un pincel y un lienzo blanco para pintar mi puerto seguro desde el que finalmente zarpar.