Twelve Minutes

Netflix, Inc.

Acerca del juego

Disponible en exclusiva para los suscriptores de Netflix. Toca y arrastra para escapar de un bucle temporal. Este thriller interactivo cuenta con las voces de James McAvoy, Daisy Ridley y Willem Dafoe en su versión original. Una romántica noche en pareja se convierte en una pesadilla cuando un policía irrumpe en tu casa, acusa a tu mujer de asesinato y te da una paliza mortal. Reinicio. De pronto, vuelves a estar en el momento exacto en que abriste la puerta. Estás atrapado en un bucle temporal de 12 minutos, destinado a revivir el mismo horror una y otra vez... ¿Cómo vas a escapar? Busca pistas a tu alrededor en tiempo real y usa lo que sabes que va a pasar para cambiar el resultado.

Valoraciones y reseñas

Claramente sí, el juego se torna difícil, y ahí está lo perfecto de ello: No saber en qué terminará cada acción. En lo personal de todos sus finales me quedé con el más triste para el personaje. Es un juego que atrapa desde el principio; las voces, el movimiento de la cámara, el hecho de que solo se muestra un cuadro en toda la pantalla, sus efectos y sonidos son lo que mantienen con entretenimiento constante ese juego. Ha cumplido su objetivo causar tensión y suspenso al jugador (a mí) 10/10.

Muy atrapante, ingenioso. Puntos en contra: la jugabilidad, la selección y manipulación de objetos falla, y al no ser precisa terminas realizando una acción indeseada, lo cual afecta bastante dado el tiempo reducido de cada secuencia. Por otro lado es un poco engorroso no poder adelantar diálogos más fluidamente, llega un momento que el loop se torna tedioso. Finalmente, pondría un reloj visible para poder ir chequeando.

Es un juegazo con una historia que da un giro inesperado total en el final, es tedioso porque al final los hechos y pruebas hacen un rompecabezas, volver una y otra vez en el bucle lo hace monótono pero llegar al final es súper satisfactorio y aunque parezca un juego corto sino le encontrás la vuelta te costará un tiempo poder descifrarlo, a la jugabilidad hay que acostumbrarse