Ante los múltiples retos medioambientales a los que se enfrenta la Tierra, las soluciones no solamente deben partir de las altas esferas gubernamentales y directivas, sino también del día a día de las personas que habitamos el planeta.
Una de las prácticas más extendidas actualmente es la del reciclaje, que consiste básicamente en la clasificación de basuras y residuos en función de las características de los productos: los materiales de fabricación, los usos, el grado de descomposición o el impacto medioambiental, entre otros aspectos.
Para millones de personas, reciclar se ha convertido en uno más de sus hábitos. Conscientes de la importancia que supone, se practica a diario en diferentes ámbitos, sectores o círculos.
A la vez, existe un significativo volumen de información al respecto, el cual se refleja en campañas publicitarias, programas institucionales, iniciativas pedagógicas y muchos otros recursos que resaltan la importancia de esta práctica. Cuanto más temprano se inculque el hábito de reciclar, mejores serán los resultados.