La antigua villa medieval de Malpas, rodeado de una gran extensión de tierras de cultivo, es un ejemplo perfecto de la eco-aldea autosuficiente, que produce de forma independiente de electricidad y agua caliente para sus propias necesidades.
Una maravillosa visión de la vida bucólica capaz de proyectarse en el tiempo, donde se puede pasar momentos inolvidables en completa relajación.