Quejarse se ha convertido en la vía preferida de nuestra comunicación. Los problemas no pueden abordarse simplemente quejándose. A menudo, los quejosos contribuyen activamente al clima de negatividad que impregna nuestra sociedad. Las familias y los lugares de trabajo también están impregnados de este hábito.
Tenemos que volver a situar la confianza, la responsabilidad y la competencia en el centro de nuestra vida privada y profesional.
A través de anécdotas, ejercicios y estrategias de crecimiento personal y social, este libro reforzará su autoestima y motivación para evitar caer en la trampa del victimismo.