Un hombre, con afán de fama y reconocimiento póstumo, invoca a las musas para que le inspiren una nueva fórmula poética. En su lugar acude la Novedad, quien lo tomará como su protegido y lo convertirá en el duque de la Gloria, un insólito ser, que con su extraordinaria vestimenta (botas azules, aguilucho por corbata y bastón con cascabel), llegará a la corte escandalizando y atrayendo la curiosidad de todos. Su misión será la de dejar en evidencia, mediante la ironía y la burla, a la sociedad madrileña, dominada por la hipocresía y la vanidad, así como, también, a la ripia literatura que se comercializaba en la época.