Su proposición había sido por pura conveniencia... pero el deseo que había nacido entre ellos no era conveniente en absoluto.
Tara Mackenzie aceptó hacerse pasar por la novia del multimillonario Marc Derenz para convencer a una insistente arpía de que él era inalcanzable. Era solo de cara a la galería, hasta que su apasionado idilio en la Costa Azul dejó a todos convencidos de que estaban comprometidos.
Resistirse al exasperante y adictivo atractivo de Marc era enormemente difícil antes, pero convertirse en su prometida llevó el deseo a una altura desconocida.
Tara estaba cautivada por aquella fantasía mediterránea ¿pero se atrevería a creer que aquella relación podía ser algo más?