La azucena milagrosa. Ángel Saavedra. Duque de Rivas Fragmento de la obra La azucena milagrosa Dedicado a don José Zorrilla. Introducción Si envolviste mi nombre en el perfume de tu "silvestre", mágica "azucena", en donde se compendia y se resume toda la gala de tu rica vena, de agradecida mi amistad presume, y mi voz, aunque ya cascada suena, el don te ofrece de sabroso cuento, a quien da otra azucena el argumento. No es contender ni competir contigo, en quien de Calderón arde la llama; que solamente admiración abrigo por tu renombre y brilladora fama, pues raros hay que desde tiempo antiguo merezcan como tú la verde rama, que corona tu sien, claro Zorrilla, lumbrera del Parnaso de Castilla. ¿Ni cómo competir numen helado, que al Occidente rápido declina, con el que joven en cenit sentado, bebe del Sol la inspiración divina?… Oiga tu acento el orbe entusiasmado las nubes cruza, entre los astros trina; mientras tocando el fin de mi viaje, doy tibia luz a un pálido celaje.