San Fernando. Última parada podría ser una novela de terror. Lo más terrorífico es que no lo es.
En este libro se cuenta la historia de una pequeña ciudad, con una terminal de autobuses en la que desaparecen los pasajeros. La mayoría son hombres jóvenes que viajan a Estados Unidos en busca de un mejor futuro. Van ligeros de equipaje y de dinero. Cada amanecer, cuando un camión llega a la parada, son bajados por la fuerza, llevados a brechas y asesinados. Por error, por capricho, porquesí. Porque los asesinos tienen permiso. Luego son arrojados a fosas clandestinas. Cuando en 2011 se descubrieron las tumbas, el gobierno reconoció los restos de 193 personas. Y los volvió a ocultar. Culpó a Los Zetas de las matanzas, pero no investigó las complicidades.
Este libro es un relato coral de esas masacres; en sus páginas hablan las víctimas, familiares, testigos, funcionarios; la autora nos conduce, como el Virgilio de Dante, por los círculos del horror y la desdicha, pero también de la esperanza y la alegríacuando las familias recuperan el cuerpo del ser querido ausente o se unen contra la maquinaria que desaparece personas. La obra nos guía por un sitio tomado por la delincuencia organizada que actúa a la luz del día, con autoridades que los encubren o que voltean a otro lado para acentuar el silencio que deja la impunidad.
En este país, nos dice Marcela Turati, la política de Estado es la simulación, el ocultamiento. San Fernando es el epicentro de una lógica criminal que la periodista revela: una población en el desamparo donde los crímenes son autorizados y las consecuencias de la “guerra contra el narco” cobran cientos de víctimas. Al desnudo quedan los mecanismos de la impunidad que permiten el horror que continúa hasta ahora.
Marcela Turati (Ciudad de México, 1974) es periodista especializada en derechos humanos, cofundadora del laboratorio de investigación e innovación periodística Quinto Elemento Lab (2016) y de la Red Periodistas de a Pie (2006). Es autora de Fuego cruzado: las víctimas atrapadas en la guerra del narco (Grijalbo, 2010) y ha coordinado diversos proyectos colaborativos como el sitio web #Másde72 sobre las masacres de migrantes en Tamaulipas. Desde 2018 dirige el portal A dónde van los desaparecidos, en donde promueve la capacitación de periodistas para que cubran estos temas. Ha coordinado en colectivo investigaciones multipremiadas como "El país de las 2 mil fosas" y "Crisis forense". Cuenta con galardones internacionales como el Premio a la trayectoria de la Fundación Gabo, el Louis M. Lyon de la Fundación Nieman de Harvard y el Maria Moors Cabot de la Universidad de Columbia; en México ha recibido, entre otros premios, el Premio de Periodismo Javier Valdez Cárdenas (2021) de Penguin Random House-Aguilar para escribir este libro. Por sus investigaciones sobre las fosas de San Fernando, en Tamaulipas, fue espiada por la pgr en 2015 mediante métodos ilegales para rastrear sus llamadas y conocer su ubicación a fin de establecer sus fuentes de información. Ese mismo año fue uno de los blancos del spyware de espionaje Pegasus comprado por el gobierno mexicano.