''Ya no tendrían pesadillas. Ya no verían ante sus ojos esos dragones que avanzaban por las calles de Berlín escupiendo fuego. Ya no deberían detener el agua que salía de sus narices por el resfrío mal curado. Ya no temblarían por el frío, el hambre y el miedo. Ya no deberían contener las lágrimas de tristeza. Ya podían soñar con su madre, con su casa, con sus juguetes perdidos. Nunca fueron hombres lobos. Tan solo niños que aprendieron a morir fuera de tiempo”.
En este libro encontrarás una reflexión profunda sobre lo que sucede en el mundo.