En El anticristo, Friedrich Nietzsche realiza el más certero de sus ataques contra la moral judeocristiana. Desdeña la compasión, la debilidad y las creencias que dieron nacimiento a la sociedad occidental tras la muerte de Cristo en la cruz, al tiempo que plantea la necesidad de recuperar los “valores de la aristocracia”, es decir, el poder, la fuerza, el gusto por la búsqueda de la verdad más allá de las supersticiones. El anticristo es la génesis de una religión, el cristianismo, pero también del mundo occidental tal cual lo conocemos. En él, Nietzsche desentraña los sentimientos que llevaron a los primeros cristianos a tergiversar el mensaje de Jesús, para convertirlo en una “contradicción de la vida”. Polémico, demente, pretexto de grandes crímenes del hombre y considerado un filósofo tan maldito como genial, Nietzsche es el padre de una obra profunda que abrió nuevos caminos en el pensamiento, muchos de ellos todavía por explorarse.