Mucho se ha escrito sobre la observación electoral internacional tradicional, ejercida por organismos multilaterales como la organización de Estados americanos (OEA), por organizaciones que agrupan a autoridades electorales, como la unión Interamericana de Organismos Electorales (UNIORE), o incluso por organizaciones internacionales como el Centro Carter y la Fundación Internacional para Sistemas Electorales (IFES), pero otra figura ha ido cobrando gran relevancia en los últimos tiempos: la observación electoral ciudadana.
Este libro recoge las experiencias de la mayoría de las organizaciones más importantes de la sociedad civil latinoamericana que entienden de materia electoral y que ejercen una contraloría social permanente de los ciclos electorales, aún cuando no está en desarrollo un calendario electoral, tanto en contextos democráticos como autoritarios. Al tener actividades basadas en cada país y una larga trayectoria, estas organizaciones están en condiciones de ofrecer una mirada amplia e integral de las condiciones electorales domésticas, distinta a la que pueden dar las misiones de observación electoral internacionales.
Más aún, en el actual contexto de recesión democrática en el mundo, los observadores domésticos han enfrentado a nuevas barreras para el ejercicio de sus labores de contraloría, enfrentando incluso amenazas de muertes en algunos casos. Por esta razón, en el año 2022 relatores especiales de Derechos Humanos de la ONU emitieron una declaración definiendo a los observadores internacionales y nacionales como defensores de los derechos humanos, por su rol en la defensa de los derechos civiles y políticos, indispensables para celebrar procesos electorales con integridad y vivir en democracia.
En su décimo aniversario, Transparencia Electoral se asocia con estas organizaciones para traer al lector un recuento de los avances obtenidos y los retrocesos sufridos por la figura de la observación electoral ciudadana a nivel doméstico e internacional.