En una triste y mísera ciudad española de provincia Bonifacio Reyes, marido de Emma Valcárcel, llega a convertirse en el amante de Serafina Gorgheggi, cantante de una compañía de ópera, en tanto que su mujer, en un ambiente de corrupción general provocado sobre todo por la entrada en su casa de los cantantes italianos llega también a ser la amante del barítono Minghetti. Cuando Bonifacio cree haberse redimido, al ser padre de un niño en quien pone todas su esperanzas, Serafina le descubre cruelmente que no es él, sino el barítono, el padre de la criatura. Bonifacio lo niega apasionadamente, y con esa encendida negación, en la que el protagonista proclama que aquél es su hijo, su único hijo, se cierra la novela.