Nicolás Maquiavelo, conocido también como Nicolò di Bernardo dei Machiavelli, nació el 3 de mayo de 1469 en Florencia, Italia. Fue un destacado escritor, político y filósofo renacentista, considerado uno de los pensadores más influyentes de su época.
Maquiavelo provenía de una familia acomodada y recibió una educación humanista, lo que le permitió adquirir un amplio conocimiento sobre historia, literatura y filosofía. Desde joven, mostró un gran interés por la política y se involucró activamente en los asuntos públicos de su ciudad natal.
En 1498, Maquiavelo fue nombrado secretario de la Segunda Cancillería de la República de Florencia, un cargo que le permitió participar en importantes misiones diplomáticas y establecer contactos con líderes políticos de la época. Durante su carrera, tuvo la oportunidad de conocer a figuras destacadas como el papa Julio II y el rey Luis XII de Francia.
Sin embargo, la carrera política de Maquiavelo sufrió un duro golpe en 1512, cuando los Medici, una poderosa familia florentina, recuperaron el control de la ciudad y lo destituyeron de su cargo. Durante su exilio forzado, Maquiavelo se dedicó a la escritura y comenzó a plasmar sus ideas políticas en obras como "El Príncipe" y "Discursos sobre la Primera Década de Tito Livio".
"El Príncipe", publicado en 1532, es considerada su obra más famosa y polémica. En ella, Maquiavelo expone su visión realista y pragmática de la política, argumentando que los gobernantes deben utilizar cualquier medio necesario para mantener el poder y la estabilidad de su Estado, incluso si esto implica actuar de manera inmoral o cruel.
Aunque "El Príncipe" fue duramente criticado en su época y aún hoy genera controversia, Maquiavelo también abordó otros temas en sus escritos, como la importancia de la virtud cívica, la necesidad de una defensa militar sólida y la importancia de la estabilidad política para el bienestar de la sociedad.
Nicolás Maquiavelo falleció el 21 de junio de 1527 en Florencia, a los 58 años de edad. A pesar de que sus obras fueron inicialmente mal recibidas, con el tiempo se convirtieron en referentes fundamentales para el estudio de la política y la filosofía. Su legado continúa siendo objeto de debate y análisis en la actualidad, y su nombre se ha convertido en sinónimo de astucia y pragmatismo político.