Trata sobre un judío llamado Daniel, el cual es vengativo y rencoroso, hipócrita y engañador más que ninguno, que trabajaba en el portal de su vivienda, componiendo y aderezando cadenillas de metal. Daniel tenía una hija de unos dieciséis años, de una belleza espectacular, unos ojos increíblemente grandes rodeados de unas largas pestañas negras, tenía los labios rojos y una tez blanca y pálida. Por casualidad Daniel se entera de una posible relación de su hija junto a un cristiano, de los cuales él aborrecía. Se informó del lugar en el que su hija, Sara y el cristiano, se veían habitualmente. Sara que ya se temía algo, de camino en su barca junto al barquero vio a varios hombres y comenzó a remar a la orilla opuesta.