Después de haber firmado las célebres "Ideas" de 1914, en las que la Academia germánica defendía las tesis expansionistas de la nueva Alemania imperial y federal, ese es el manifiesto con el que justificar la intervención en la Gran Guerra, Weber accedió en el verano de 1918. impartir un curso sobre la cátedra de economía política en la Universidad de Viena. En la capital austriaca también realizó una conferencia, por invitación del Estado Mayor General del ejército imperial-real austrohúngaro, sobre el tema del socialismo y la Revolución de Octubre, dando una original interpretación de lo que está pasando en Rusia. Desacreditando definitivamente el cliché de que lo quería como el "Marx de la burguesía", Weber se presenta como un pensador político liberal-conservador de un tipo muy diferente al del molde anglosajón. En la insólita lección para los oficiales del ejército, Weber consigue explicar los acontecimientos rusos de forma original comparándolos con los textos marxistas y las expectativas del movimiento socialdemócrata en Occidente.