El Profeta fue publicado en el año 1923; fue su obra de mayor éxito y la más madura. Argumento: 8 años antes de su muerte, un profeta abandona el pueblo donde vivió y antes de irse la gente le pide que hable de ciertos temas, cada uno de los cuales forma un capítulo. Estos temas son: el amor, el matrimonio, los hijos, el dar, el comer y el beber, el trabajo, la alegría y el dolor, las casas, el vestir, el comprar y el vender, el crimen y el castigo, las leyes, la libertad, la razón y la pasión, el dolor, el conocimiento, el enseñar, la amistad, el hablar, el tiempo, lo bueno y lo malo, la oración, el placer, la belleza, la religión, y la muerte. A pesar de que la obra está escrita a modo de diálogo entre el profeta y la gente, las directrices que Gibrán pone en su boca invitan a reconsiderar los valores, conceptos, hábitos y costumbres de la sociedad, hacia una idea menos individualista, con una gran empatía por todos los seres vivos y una mayor relevancia del estrato espiritual subyacente a todas las acciones humanas. Su inspiración es, probablemente, la sabiduría de los grandes maestros, como Jesús o Buda, las religiones orientales, y, sobre todo, las corrientes de espiritualidad mística, como el sufismo, sin perder la semejanza con las creencias animistas de muchas sociedades tribales y cercanas a la naturaleza.