Era una apuesta ganada... Lady Allerton era propensa a la imprudencia. Pero acudir a aquel baile haciÊndose pasar por otra y hacer una apuesta sobre su virtud habÃa sobrepasado sus propios lÃmites. El riesgo era muy alto, pero ella era una mujer a la que le gustaban los desafÃos. Sin embargo, su oponente era un hombre orgulloso, al que no le asustaban los retos, y no estaba dispuesto a que una extraÃąa le reclamara lo que era suyo...