Viviendo en el sur de américa le dio a Nadia Dantes una apreciación de los acondicionadores de aire y la cerveza, y la obligó a desarrollar algunos métodos no convencionales de alejar el frío en las noches llenas de estrellas, noches secas del desierto. Ella escribe sobre sus sueños y sus pesadillas, y sus oscuros deseos prohibidos que nunca le diría a nadie.