El Crimen de Silvestre Bonnard es una novela con un esquema argumental clásico pero muy lograda por el dominio del lenguaje del autor y la buena construcción psicológica de su personaje principal, todo un socarrón. El libro resulta divertido e inteligente, y se permite incluso plantear alguna cuestión más filosófica, al referirse a la vejez del protagonista.