Junto con un equipo de compatriotas decididos, Kurt secuestra un barco costero y navega hacia tierras escocesas para alertar a la inteligencia británica.
La situación demanda medidas urgentes y desesperadas; sin embargo, por su ubicación entre montañas y riscos, bombardear la planta no es viable. La única oportunidad es infiltrar a un grupo pequeño de valientes que saltarán en paracaídas en una de las regiones más inhóspitas de Europa.
Nordstrum y compañía emprenden la campaña más temeraria de la guerra, una misión de la que es casi imposible que sobrevivan, pues incluso si logran superar las duras tormentas de la montaña y el crudo frío noruego, tendrán que introducirse en el centro del peligro y sabotear los planes del enemigo. Pero nada de eso importa. De su éxito o fracaso dependerá la victoria de los Aliados.