Esta obra maestra de la literatura universal publicada en 1864, aunque pieza breve, es fundamental para comprender el espíritu dolorido y pesimista del errante Dostoievski. Organizada en dos partes, la primera consta básicamente de un monólogo interior del protagonista que dirige su charla a un público inexistente. La segunda parte consiste en el relato de una larga memoria del narrador, donde adquieren pleno sentido los pensamientos expresados al comienzo. El hombre del subsuelo resultará un paradigma inequívoco de muchos de los antihéroes y fuente de la que beben las historias que dominarán la novela del siglo xx.