El tiempo le devolvió lo que era suyo. Hacía años, Canyon Westmoreland había dejado que un terrible malentendido se interpusiera entre Keisha Ashford y él, pero, cuando Keisha regresó a la ciudad con un niño de dos años, llegó el momento de aclarar las cosas de una vez por todas. Entre ellos todavía bullía una incandescente atracción y, en esa ocasión, nada impediría a Canyon conseguir lo que le pertenecía... ¡su mujer y su hijo!