Roland Thorton parecía un mozo de cuadra de pies a cabeza. Pero su sangre era tan azul como la de los Montague, enemigos ancestrales de los Thorton, en cuyo palacio se había infiltrado buscando a su hermanastra secuestrada. Aunque era la imagen de otra mujer la que lo consumía día y noche. Lily decía ser una simple doncella, pero su encanto rivalizaba con el de cualquier princesa. Inicialmente, Roland pensó en utilizarla para poner en evidencia la farsa de los Montague, pero fue su corazón lo que la inocencia de Lily dejó al descubierto. Entonces se dio cuenta de que él no era el único que había ocultado su verdadera identidad.