Carly Stewart se había retirado temporalmente de la danza y estaba desesperada cuando un tropiezo la obligó a empezar a trabajar en la casa de Sam Frazier, en el pequeño pueblo de Haven, Oklahoma. Pero lo peor llegó cuando se dio cuenta de que se sentía atraída por el guapísimo granjero y... padre de seis hijos.
Después de quedarse viudo, Sam se había convertido en un experto en señales; por eso sabía que aquella bella y testaruda mujer sólo pasaba por allí. Aunque lo cierto era que le estaba costando un terrible esfuerzo resistirse a sus encantos... y debía hacerlo, porque tarde o temprano ella se marcharía.