El arte egipcio no buscaba sÃŗlo la belleza, aunque Êsta estuviera presente y sus creadores fueran, indudablemente, sensibles a su realizaciÃŗn. La elecciÃŗn de unos materiales, unas formas o unos temas determinados, se realizaba en funciÃŗn de una concepciÃŗn del mundo en que los aspectos polÃticos y religiosos tenÃan un peso especÃfico muy superior al del deleite estÊtico. La realizaciÃŗn de una obra era concebida como un medio de dotar a la materia de la misma existencia que el ser u objeto al que se daba forma visual y simbÃŗlicamente. En Egipto, creador es paralelo a recreador, a animador de una realidad que se establece por el acto demiÃērgico de representarla, de llamarla por su nombre, de recitarla mediante fÃŗrmulas orales o por el cumplimiento de una serie concreta de gestos. Por ello, si queremos conocer el arte egipcio, hemos de investigar quÊ se esconde detrÃĄs de cada una de las obras que nos han llegado. Este libro pretende ser una aportaciÃŗn al conocimiento del origen y el significado de dicho arte.