Así no me compras:
"Si él seguía tratando a aquella chica, seguro que le daría disgustos.
Mejor vivir como vivía.
Nunca se había enamorado y prefería no hacerlo.
No tenía nada contra el matrimonio, es más, pensaba que un día que pudiera estabilizar su vida se casaría porque a él le gustaba mucho el hogar. Pero no estaba ni con mucho estabilizado, y sus ingresos eran como para echarse a reír.
—Podemos ir al cine —decía ella en voz baja.
Bueno, en cierto modo era como una tentación.
—Si quieres —añadía ella viéndole titubear— te doy mi número de teléfono y me llamas.
—Dámelo si quieres —dijo Gaby por ser galante, pero pensando que no iba a usarlo nunca."