En la cumbre de su talento, el maestro canadiense nos regaló una de sus mejores obras, una nueva muestra de su talento que aúna reflexión y entretenimiento, sabiduría y emoción. Asesinato y ánimas en pena nos devuelve a Robertson Davies en estado puro.
Robertson Davies (1913-1995) murió siendo un escritor mundialmente famoso y uno de los autores canadienses más importantes. Nacido en la región de Ontario, se educó en distintas instituciones de su país y Europa. Tras licenciarse en Literatura en Oxford, trabajó como actor en la Old Vic Repertory Company, donde conoció a la que más tarde sería su esposa. En 1940 regresa a Canadá para dedicarse con éxito al periodismo y a escribir comedias; su columna humorística, firmada con el seudónimo de Samuel Marchbanks, tuvo un éxito inmediato y algunas de sus obras de teatro –que él mismo produjo– fueron muy aclamadas. A comienzos de los años cincuenta publica la primera de sus once novelas, organizadas en trilogías, que lo harían mundialmente famoso: la Trilogía Salterton: A merced de la tempestad (1951),Levadura de malicia (1954) y Una mezcla de flaquezas (1958); laTrilogía Deptford: El quinto en discordia (1970), Mantícora (1972) y El mundo de los prodigios (1975); la Trilogía de Cornish: Ángeles rebeldes (1981), Lo que arraiga en el hueso (1985) y La lira de Orfeo(1988); y la inacabada Trilogía de Toronto, a la que perteneceAsesinato y ánimas en pena (1991). En los años sesenta abandonará progresivamente el periodismo y comenzará a enseñar Literatura en la Universidad de Toronto, actividad que compaginará con la escritura hasta su jubilación. Además de novelas, Davies publicó una treintena de libros de distintos géneros –cuentos, obras de teatro, crítica literaria y recopilaciones de artículos–, entre los que destaca el volumen de relatos Espíritu festivo. Cuentos de fantasmas (1982), publicado, como todos los anteriores, por Libros del Asteroide.