Tras un desafortunado incidente, el inspector Bianquetti se ve obligado a aceptar un traslado a Cádiz, un destino presumiblemente tranquilo en el que sus superiores creen que no podrá causar problemas, lo que, dado su historial violento e imprevisible, es algo difícil de asegurar.
El asesinato de una joven colombiana de dieciséis años lo hará salir de su letargo. Bianquetti se lanzará a la búsqueda del culpable e iniciará una investigación en solitario en la que tendrá que echar mano de todos sus recursos para dar con el asesino. A medida que pasan las páginas, la trama se volverá más oscura y absorbente, dejando al descubierto una peligrosa red de corrupción, violencia e impunidad.