Fue Bello, quien como el “Jano” de las letras latinoamericanas, miró tanto para atrás (hacia el Poema del Mío Cid) como para adelante –la celebración poética de la América independiente, la gramática para el uso de los americanos, y la Biblioteca Americana y el Repertorio Americano, dedicados a la formación cultural de la ciudadanía latinoamericana. Lo hicimos porque consideramos que la historia de las letras hispanoamericanas es una larga tradición completa y coherente. Completa porque vemos las mismas o parecidas preocupaciones expresándose en forma escrita sobre la marcha del tiempo y coherente porque las variaciones sobre sus temas nos informan sobre la transformación de las letras y las mentalidades que les dan vida.”
(De la Introducción)