Al morir su marido cubierto de deudas, la señora Lirriper abre una pensión en el 81 de la calle Norfolk, en Londres, para pagar a sus acreedores e iniciar una nueva vida. Un solícito comandante retirado y un nieto adoptivo, fruto de un amor trágico, son sus huéspedes permanentes, pero el establecimiento está también lleno de huellas e historias de gente que viene y va. «Si las paredes de esta pensión pudiesen hablar [...] tendrían tantas cosas que contar...» Una extensa galería de personajes genuinamente dickensianos desfila por estas páginas, desde el doctor Goliath, «enciclopedia animada del conocimiento universal», hasta el doctor Bernard, que ayuda a los tristes y hastiados a quitarse la vida en unas lujosas cenas que anticipan El club de los suicidas de R. L. Stevenson.
Historias cómicas, sentimentales, de fantasmas, de niños hambrientos y de fortunas enterradas componen el legado de la señora Lirriper. Dickens creó este personaje para su revista All the Year Round y animó a varios autores amigos, entre ellos Elizabeth Gaskell, a escribir las andanzas de sus huéspedes. La señora Lirriper (1863-1864) tuvo un éxito fulgurante: según Chesterton, Dickens «no hizo, literariamente hablando, nunca nada mejor» que esta «versión femenina del señor Pickwick».
Charles Dickens nació en Portsmouth en 1812, segundo de los ocho hijos de un funcionario de la Marina. A los doce años, encarcelado el padre por deudas, tuvo que ponerse a trabajar en una fábrica de betún. Su educación fue irregular: aprendió por su cuenta taquigrafía, trabajó en el bufete de un abogado y finalmente fue corresponsal parlamentario de The Morning Chronicle. Sus artículos, luego recogidos en Bosquejos de Boz (1836-1837), tuvieron un gran éxito y, con la aparición en esos mismos años de los Papeles póstumos del club Pickwick, Dickens se convirtió en un auténtico fenómeno editorial. Novelas como Oliver Twist (1837), Nicholas Nickleby (1838-1839) o (1841) alcanzaron una enorme popularidad, así como algunas crónicas de viajes, como Estampas de Italia (1846; ALBA CLÁSICA núm. LVII). Con Dombey e hijo (1846-1848) inicia su época de madurez novelística, de la que son buenos ejemplos David Copperfield (1849-1850), su primera novela en primera persona, y su favorita, en la que elaboró algunos episodios autobiográficos, Casa desolada (1852-1853), La pequeña Dorrit (1855-1857), Historia de dos ciudades (1859; ALBA PRIMEROS CLÁSICOS núm. 5) y Grandes esperanzas (1860-1861; ALBA CLÁSICA MAIOR núm. I). Dickens murió en Londres en 1870.
Miguel Temprano García (Madrid, 1968) es biólogo y profesor de inglés. Ha sido traductor externo en Naciones Unidas y ha traducido a autores clásicos como D. Defoe, T. Smollett, T. Carlyle, R. L. Stevenson, J. Conrad, Ch. Doughty, G. Gissing, G. Orwell, D. H. Lawrence, V. Woolf, E. Allan Poe, H. James, H. Melville, J. Steinbeck, E. Hemingway, J. Cheever y F. Scott Fitzgerald; y contemporáneos como A. S. Byatt, A. Tyler, J. Winterson, M. Atwood, M. Cunningham y J. M. Coetzee.