En ellos, la fatalidad y la sorpresa van de la mano. En cada uno de los cuentos, desde un mundo donde hay algo, un don, un defecto, una enemistad vestida de visita fraternal, un pasado doloroso, un presente que entrevemos inseguro, esquivo, la autora nos lleva no a otro sino a ese mismo mundo en su tensión más oscura, más siniestra, a una esfera de sucesos y relaciones por momentos brutalmente intensa, oscura, atroz.
La autora de Una simple palabra, In excelsis, No ser o ser, Distrito Territorial San Telmo, entre otros libros, lo hace con una maestría a la que ya nos tiene felizmente acostumbrados.
Felizmente, porque ella se las arregla para que siempre nos interesemos, nos sorprendamos y nos emocionemos como por primera vez.