Un conde colérico. Una solterona desesperada. Una apuesta imprudente.
Por cinco años, Brooke Culpepper ha focalizado su energía en dos cosas: mantener la batalla para que la granja lechera, que es su hogar, siga operando y prevenir que su hermana más joven y primas mueran de hambre. Entonces, un día un extraño de cara severa llega a la entrada de su casa y anuncia que es el nuevo propietario y planea venderla. Aunque ella está indignada, Brooke no puede negar que el Conde de Ravensdale hace que su pulso corra de las formas más perturbadoras.
Heath se indigna al descubrir que cinco mujeres llaman a las tierras que él ganó en una mesa de juegos, su hogar. Detesta todo acerca del campo y no tiene deseos de poseer una granja olorosa, aunque una de las ocupantes sea la mujer más inteligente y fascinante que jamás haya conocido.
Desesperada, indigente, y sin un lugar donde llevar a su familia, Brooke sin reflexionar propone una apuesta. ¿Los riesgos de Heath? La granja. ¿Los de ella? Su virtud. Las tierras no son de interés para Heath, pero él encuentra a Brooke irresistible, e ignorando la prudencia como así también su sentido del honor, solo alocadamente acepta su desafío.
En una apuesta en la que el ganador se lleva todo, ¿se arrepentirán de sus impulsos, especialmente cuando el amor está en juego?