El lector se sorprenderá al comprobar que nada de lo anteriores estrictamente cierto, porque el dato, en el caso de este libro, destruyó la fábula y el relato tejidos en torno a este infortunado conflicto. La verdad de lo que sucedió surge —más allá de las fabulaciones que todo país necesita para reconciliarse consigo mismo— abriendo las puertas de una incontrastable realidad: la ceguera de los hombres de Estado y la supina incompetencia de quienes ostentaron el más alto mando naval y militar, teniendo todo a su alcance, o bien para no haber perdido esta guerra, o bien para haber dejado tan maltrecho al enemigo, como para haberlo forzado a desistir de continuarla. Pesa sobre el honor de España el artificio empleado para capitular en el mismo campo de batalla, tras la insólita fuga y desastre naval que sobrevino. En suma, que, siendo España en el corto plazo militarmente superior en casi todo a los Estados Unidos, no había razón para perder la guerra que en Santiago de Cuba dio al traste con lo que le quedaba de provincias ultramarinas; porque esta guerra pudo ganarse con los mismos barcos, los mismos cañones y los mismos valientes y heroicos marinos y soldados, pero con diferentes políticos y hombres que los mandaran.
Pablo Victoria es colombiano de nacimiento y de nacionalidad española. Tiene un doctorado en economía en Estados Unidos y otro en Filosofía en España. Ha sido catedrático universitario, Senador y Parlamentario del Congreso de Colombia y precandidato a la presidencia de ese país por el Partido Conservador.
Es autor de más de veinte libros, entre ellos: 'El terror bolivariano', 'España contraataca', 'La Nueva Granada contra España', La sociedad postliberal y sus amigos', El tercer conquistador', 'Yo acuso', 'Memoria de un golpe', 'Macroeconomía analítica', 'Foundations of economic development' y el éxito editorial 'El día que España derrotó a Inglaterra'.
Ha sido profesor de economía en distintas universidades colombianas y conferencista internacional en áreas de Economía, Política e Historia. Condecorado con la medalla Charry Solano de Inteligencia Militar por el Ejército de Colombia y por la Academia Bolivariana de Historia, ha obtenido la mención de honor del Congreso de la República. Es miembro de la Academia Bolivariana de Historia y de la Sociedad Colombiana de Economistas, es caballero de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén (Capítulo Noble de Castilla), Gran Cruz de la Hermandad Monárquica de España y miembro de la Real Academia Hispanoamericana de Ciencias, Artes y Letras de Cádiz.