Lo cierto es que de nuevo una maÃąana, delante de un cafÊ surgen con ganas bellas historias que algÃēn dÃa recordaremos como aventuras de unos viejos chalados enamorados de todo cuanto les rodeaba y de todos de cuantos se podÃan rodear. Porque hay que decir que esta aventura, esta segunda aventura con los patios de por medio, vuelve a convocar a poetas de diferentes rincones de este o del paÃs vecino. Poetas amigos, grandes poetas que siempre encuentran una razÃŗn para decir que si a mi peticiÃŗn.Â
He pensado en amigos poetas, (porque esa responsabilidad, la de convocarlos, es la mÃa), esos que primero dicen que si al reto y te envÃan el poema a vuelta de correo. Y decÃa que habÃa pensado en esos amigos poetas que tienen siempre muchas cosas que decir, que les transportan al pasado y posiblemente, no puedan evitar alguna lagrima al ir escribiendo verso a verso esa experiencia de su infancia, o esos recuerdos ahora, en su mayorÃa de edad. Y no me equivoquÊ, una vez recibidos y leÃdos sus versos, los patios de Juan se hacen luces y sombras en mi cabeza. Catalogo para expertos, poemario para lectores, reliquia para coleccionistas, regalo para invitados y excusa para nosotros dos, todo en uno.Â
Luego ya sabemos como funciona el andamiaje creativo de este tipo de publicaciones. Juan GalÃĄn me ofrece los cuadros y yo los fotografÃo, intento esmerarme, cuidar las formas y los detalles y luego, me pongo a pedir sus obras a mis amigos-as poetas. Desde Galicia a Granada, desde Valladolid hasta Tavira o Faro, desde el Campo de Canela a la cuesta la Barranca, desde Punta UmbrÃa hasta MÊrida. Asà es como se teje este poemario que ahora tienes en tus manos. Una colecciÃŗn de sentimientos que puedo garantizarte que a mÃĄs de uno le ha obligado a sentir un nudo en la garganta o un desfile de lagrimas por las mejillas. Son sensaciones que uno tiene cuando va recibiendo los poemas y los va leyendo en voz baja y con la piel de gallina.Â
Siempre cuando me pongo a escribir estas letras obligadas por cosas del guiÃŗn, siento unas ganas inmensas de abrazar a todos los poetas que participan, de disfrutar con sus versos y de soltar algÃēn que otro suspiro al comprobar cuan generosos son mis amigos y cuan afortunado soy yo.Â