El Infierno de Dante ha sido considerado el último gran texto épico de la Edad Media y el primero del Renacimiento. Escrito a principios del siglo XIV, es la parte inaugural del proyecto magno dantesco: la Divina Comedia, un largo poema dividido en 99 cantos que describe el viaje alegórico de Dante desde el Infierno hasta el Paraíso, pasando por el Purgatorio, en busca de la fe, la redención y la iluminación.
En el Infierno, Dante es guiado por Virgilio, el guardián de los saberes antiguos, y encuentra en cada uno de los círculos infernales a pecadores «pasados, presentes y futuros» de todo tipo. Esta aventura iniciática, que el poeta aprovecha para pasar cuentas con sus enemigos coetáneos, en lo político y lo religioso, esconde también en su núcleo y estructura un secreto que legiones de estudiosos han tratado de desvelar.
Esta edición, que recupera una magnífica traducción en verso y se apoya en un rico aparato de notas, se abre asimismo con una nueva y esclarecedora introducción que ofrece una clave de lectura insólita: Dante como el depositario de un saber hermético, como la punta de lanza de una sociedad secreta cuyas raíces llegan hasta la esencia del cristianismo y cuyas ramas rozan la materia de nuestros días.
Dante Alighieri nació en Florencia en 1265, en el seno de una familia noble empobrecida. Su formación se enmarcarcó en la tradición de la época, por lo que probablemente estudió en la Universidad de Bolonia. Conoció por primera vez a Beatrice Portinari en 1274, y a su muerte en 1290, el joven poeta stilnovista buscó refugio en el estudio de la filosofía y la teología, y escribiendo la Vita Nuova. En esta época se involucró en la disputa entre güelfos y gibelinos, partidarios del Papa y del Emperador, respectivamente. Dante llegó a ser un importante güelfo blanco -defendían la indenpendencia tanto del poder papal como del imperial-, de modo que cuando los negros tomaron el poder en Florencia en 1302, Dante fue condenado al exilio, aprovechando su ausencia de la ciudad. Primero se refugió en Verona y, tras residir en numerosas ciudades -algunos dicen que París o incluso Oxford-, se estableció finalmenteen Rávena, donde completó la escritura de su gran obra, la Divina Comedia. Dante murió en Rávena, al volver de una misión diplomática en Venecia, en 1321.