Denver es rico, muy rico. Todos en el pueblo lo quieren por su amabilidad y su generosidad. Pero un día llega un forastero y siembra el descontento entre la gente del pueblo, diciendo que no es justo que Denver tenga más dinero que ellos. Cuando Denver escucha lo que sucedió, divide su dinero en partes iguales entre todos. Se muda a una nueva aldea, donde vive feliz y es mejor apreciado, pero para los viejos aldeanos la vida no es lo mismo sin él.