El que los medios extiendan su infraestructura del mundo físico al virtual con lleva, como señalaba Harold Innis, la imposición de uniformidades culturales bajo la ilusión de civilización, cultura cívica, solidaridad y democracia.
Derivado de esa expansión de territorios y nuevas hegemonías mediáticas y culturales, las personas están experimentando en forma diferenciada la democracia digital y las múltiples brechas cuando hablamos de lo político, el compromiso cívico, la ciudadanía, la democratización de los medios, el acceso a la información, el derecho a la comunicación y sus derechos como audiencias.
En la crisis de democracia que se ha experimentado globalmente, también se hace notorio el cambio en la geopolítica de la información y la estructura de medios. Desde el acceso y la conexión pública y privada se hace urgente analizar el consumo de medios, la pluralidad, la fragmentación y la diversidad mediática; lo público y lo privado; lo público y lo colectivo; lo público y lo político; el papel de las redes sociodigitales y las herramientas de la tecnopolítica; las vías de regulación y normatividad impuestas y autoimpuestas por los comunicadores; la centralidad de la información y la contribución de esta en la construcción de ciudadanía y la legitimación de los medios para construir espacios democráticos.