El beso de la aguja, tinta y sangre mezcladas para dar vida a una persona que ya no volvería a ser la misma. La magia del tatuaje, la perpetua marca de aquello que merece ser recordado. Veintitrés veces se sometió a ese catártico ritual hasta que, en la cúspide de su carrera, se vio obligado a abandonar el mar.
Los dedos del viejo marinero recorrían los emborronados trazos de tinta mientras relataba las aventuras que había detrás de cada tatuaje. Amores, decepciones, muertes, o episodios de camaradería bañados por litros de ron. Puerto a puerto fue forjándose su peculiar personalidad que lo acompañaría hasta que a los ochenta y cinco años decidió emprender el viaje al lugar más desconocido de todos. Ese día, le contará a su nieto, el mayor amante de sus historias, el significado oculto detrás de un misterioso símbolo: su último tatuaje.