Los deseos impulsan la acción, pero la satisfacción de los mismos no agota nuestra capacidad para anhelar: somos un deseo interminable que solo podría ser saciado con la felicidad. Por eso, incluso los acontecimientos históricos más terribles son parte de una larga y tortuosa búsqueda de ese sentimiento. Esta obra nos revela el papel que juegan las emociones a la hora de entender nuestros orígenes y el desarrollo de las sociedades. Un viaje entretenido y revelador, un regalo para el intelecto.