Pero a pesar del tiempo sus sentimientos por la bella puritana no han menguado y aunque sabe que ella es ahora una dama casada, no está dispuesto a dejarla ir de nuevo y no pondrá límites a su paciencia hasta que esa dama que lo abandonó en el pasado para casarse con un cuáquero, sea suya. Sólo suya para siempre. Aunque sea un amor prohibido, aunque sea un imposible él no se rendirá.