El padre de Desi: "Noto también que Desi no tiene el amor de su padre, y que la niña, a sus seis años, sufre en silencio el despego de su padre. A veces se pasan semanas sin que le veamos, y si Desi, al verlo llegar, corre hacia él, míster Milman la mira, la besa en la frente, dice escuetamente: "Hola, Desi", y sigue su camino hacia su despacho, hacia sus habitaciones, hacia la biblioteca. Viaja mucho. A veces se pasan dos o tres semanas sin verle."