El presente libro intenta explicar los aspectos que permanecen oscuros desde un punto de vista crítico. La violencia que se produce entre los alumnos está relacionada con la violencia escolar y la que se da fuera de la escuela.
Por otro lado, circulan mitos cuya función es evitar una reflexión profunda. Las víctimas no se limitan a ciertos centros, barrios o perfiles de estudiantes. La sociedad vulnerable en la que vivimos hace más probable que se den diferentes circunstancias discriminatorias. Un sistema educativo cada vez más estresante y competitivo desemboca, por fuerza, en formas de diversión perversas que exigen el sacrificio de víctimas.
Padres, profesores, inspectores, jueces y fiscales tienden a eludir su responsabilidad, amparados en la inercia burocrática, la falta de solidaridad y compasión y su escaso conocimiento sobre la naturaleza de la infancia y el funcionamiento de las relaciones sociales en la educación, todo lo cual denota importantes lagunas en su formación profesional.